Samuel Estrada
Domingo futbolero que desbordó las pasiones de todos los amates del balompié, no solo en nuestro país sino alrededor del mundo; una final de la copa del mundo se disputó ayer en México y mejor pretexto para reunir amigos y familias no pudo haber.
Emotivo fue el inicio del encuentro con la gente volcada a favor de nuestros jóvenes, chicos con apenas diecisiete años de edad disputando el balón en la inmensidad del Estadio Azteca, por segunda vez la pelea por la copa conseguida en 2005, fue una realidad.
Instantes memorables fueron los que se vinieron a mi mente de aquellas finales de copas del mundo disputadas en 1970 y 1986, la nostalgia del tiempo transcurrido inundó mi pensamiento; generaciones y generaciones de futbolistas han pasado, pocos son los que llegan y mucho menos los que se mantienen.
El mundial sub 17 que ha finalizado nos mostró a figuras latentes que están trabajando, que se están puliendo y que en menos de cinco años serán los próximos ídolos, víctimas de la mercadotecnia, pero eso sí, con una mentalidad diferente a lo que nos hemos acostumbrado. ¡De eso estoy seguro!
Lo de ayer es una muestra clara del significado que tiene para muchos el futbol, un deporte por demás hermoso que mantiene su poderío porque es perfecto, intenso, atractivo, único, y así, podría llenar planas y planas de calificativos de mi deporte preferido.
México es campeón del mundo, con paso perfecto, en casa, venciendo a potencias del balompié mundial, con su gente, después de una gran entrega en el campo, en cada uno de sus partidos, paso a paso, sin agrandarse, con los pies en la tierra, con humildad, con todas sus ganas, con el deseo de trascender. Simplemente México Sub 17 es campeón.
Hoy debo aplaudir a cada uno de los jóvenes que sacaron el carácter, la fuerza y dieron una alegría inmensa a nuestro país, simplemente paralizaron México con su logro que se dice fácil, pero que es muy difícil de conseguir. Felicidades a todos, al cuerpo técnico y jugadores, a los directivos ¡uhm! Justino, Decio e Iñarritu sólo por su apoyo, porque jamás los vi involucrados con ellos.
El potro Gutiérrez también tiene su mérito, un profesional en la extensión de la palabra que supo llevar a los jóvenes futbolistas por el buen camino y conseguir lo que ayer.
Lo que viene para la Federación Mexicana de Futbol es seguir con el tan mencionado proceso y no dejar caer a ninguno de estos muchachos que merecen estar en los mejores equipos, y no sólo de México, hay que pensar en grande señores, espero que después de esto haya noticias sobre clubes interesados en los nuevos “niños héroes”. Nuestro futbol está hambriento de nuevas historias de éxito. Nos leemos la siguiente semana ya que haya bajado mi euforia.
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