Samuel Estrada
Dos equipos, un boleto, una plantilla condenada; la liga de ascenso ya tiene campeón, Irapuato, que a base de trabajo pudo vencer a Tijuana y alargó la serie para definir al flamante equipo que tendrá el privilegio de pertenecer al tan selecto grupo de la primera división.
Es aquí cuando la mafia condena a los jugadores y cuerpo técnico que con ímpetu consiguieron el campeonato, y que en unos días tendrán en sus manos el título de equipo de primera división, ilusionados querrán iniciar el próximo torneo, con miras en un crecimiento profesional personal y colectivo.
Pero, esperen ¡esperen! “No todo es de color rosa” como dicen por ahí; no quiero ni pensar lo que viene para los radiantes ascendidos al máximo circuito, en un futbol que está entre cortinas de humo y dominado por algunas personas que buscan su beneficio, es irrefutable que lo que hemos visto en ocasiones anteriores esté a punto de suceder.
Para no dar tantas vueltas al asunto, me refiero al hecho de que cuando un equipo asciende a primera, la plantilla que tuvo el logro simple y sencillamente es desmembrada, quitándole la esencia al logro celebrado por jugadores, cuerpo técnico y afición. Sé, conozco y reconozco que los equipos se deben reforzar, pero no estoy de acuerdo en que los equipos ascendidos le “corten las piernas” a jugadores que trabajaron arduamente para poder estar entre los 18 equipos de la primera división.
Claro ejemplo es el Necaxa que ascendió en 2010, que cambió jugadores, cambió hasta su técnico Omar Flores, y ni con eso pudo tener buenos dividendos en sus dos torneos; por ende, queda demostrado que hacer tan significativa cosa, es inútil y asegura sólo el regreso a la división inferior.
Usted tendrá la mejor opinión, mientras tanto la mía es que se debe dar continuidad, llevar a jóvenes que están en la liga de ascenso a primera división, foguearlos, adaptarlos, y estoy seguro que los resultados vendrán para su club teniendo consecuencias notorias en el futbol mexicano.
Hasta que no pase eso las cosas serán distintas, mientras que los dueños del futbol sigan explotando su negocio todos será igual, pésimo y aburrido; ver a jugadores viejos y aparte extranjeros que vienen a pasar lista, ocupar plazas que tienen que ser para mexicanos no es grato.
Las últimas semanas he plasmado mi descontento ante los abundantes temas que afectan a nuestro balompié, lo único que espero es que no sea por mucho tiempo. Hoy pude enaltecer el logro del “chicharito”, pude hablar del inicio de la Olimpiada Nacional o del nuevo campeonato del Barcelona y hasta de las semifinales de la primera división. Pero fiel a mi convicción, primero lo que deja y después lo demás.
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