domingo, 11 de septiembre de 2011

El cuento de siempre

Samuel Estrada

Sí, una vez más los diablos rojos del Toluca vuelven a las andadas; ayer el equipo de nuestra ciudad capital con un juego displicente, lento y sin aspiraciones, regaló el empate a los ´Xolos´ de Tijuana que no tienen culpa alguna de lo que le pasa a los rojos, ellos –los del norte- sólo vinieron a hace su partido al Nemesio Diez que a decir verdad, ya no espanta ni a las moscas.
El partido del fin de semana que culminó, deja muchos puntos para analizar, más allá del empate con sabor a derrota para los del Estado de México y el punto que se repartió para ambos conjuntos.
Una y otra vez, me viene a la mente el empate de último minuto con equipos de bajo perfil sin menospreciar su capacidad; conjuntos como San Luis, Puebla, Jaguares, Necaxa, Indios o Estudiantes por citar algunos, se han metido al llamado infierno, y como ayer, han sacado ese puntito incómodo que molesta al aficionado más pasivo y desgarra el corazón apasionado del que vive Hipnotizado por la Pelota.
¿Qué le pasa a Toluca? Pregunta difícil de contestar, los diablos atraviesan una crisis interna cuando en casa disputan un juego de futbol, la presión del público por obtener un resultado favorable de sus jugadores y que guste, es para los ´choriceros´ como cargar con el peso en kilogramos de cada uno de los aficionados; cosa distinta pasa cuando a los escarlatas les toca pisar las canchas de estadios ajenos, la presión disminuye, y aunque los resultados pueden variar respecto al triunfo, los representantes del Club Deportivo Toluca muestran más ambición y soltura en busca de los tres puntos, cosa que ayer no pudimos ver.
Entiendo a la afición que está con el disgusto por el actuar de su equipo, reconozco que a nadie le gusta que le ´apedreen el rancho´, mucho menos cuando ni las manos se meten, o en este caso las piernas y los pies. Los abucheos al finalizar el espectacular empate –con tono sarcástico- son más que merecidos para los protagonistas del juego que han mal acostumbrado a sus seguidores a carecer del orgasmo del futbol, sí, EL GOL, tal como lo dijo en su momento Eduardo Galeano.
Si ésta columna fuera para hacer peticiones o una carta a los reyes magos, pediría como ferviente seguidor del deporte, y hoy del futbol, mayor compromiso de los jugadores ante su afición, pediría que desquiten los tan exorbitantes salarios que deja uno de los deportes más bonitos del mundo, pediría que jueguen con pasión porque si de una cosa estoy seguro es que ´vivir con deporte, es vivir con pasión´, y exigiría a los directivos respetar el gasto que hace la gente que asiste al estadio al pagar su boleto de entrada, que creo yo, cada centavo vale lo que el aficionado quiere, ESPECTÁCULO Y FUTBOL.





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