Samuel Estrada
Sabor amargo es lo que dejó el partido de ayer en la casa del diablo, el llamado infierno, “en donde se queman los equipos visitantes”, sí, el Estadio Nemesio Diez “el estadio de Altura”; el Club Deportivo Toluca ha caído en una zanja, estancado en la inoperancia de la mayoría de sus jugadores, confundido entre la poca contundencia, disfrazado de displicencia y alejado de su afición.
Semanas pasan, el tiempo corre, la presión aumenta y los ánimos al interior son inciertos; al exterior, el abucheo generalizado se ha vuelto una constante –por lo menos- cada quince días.
No puedo atreverme a asegurarlo, pienso que la gente que asiste al estadio se está impacientando con peligrosidad, caras largas, gritos de gol que no existen, abucheos, tristeza, desesperación, angustia e incertidumbre, los principales condimentos de una visita dominical con la familia al estadio toluqueño.
En serio que no puedo creerlo, Isaac Brizuela el flamante atacante choricero asegura en algunas de sus declaraciones que el empate de ayer frente a Chivas no los deja con tranquilidad, pero lo ve positivo, aún sabiendo que están dejando ir puntos en casa, unidades que son de suma importancia.
Por lo que mis ojos ven y mi cerebro procesa creo que el joven Brizuela quien debutó el 26 de Julio del 2009 precisamente contra Guadalajara, ha sido muy poco productivo, tanto como suplente como ahora que es titular. Hace no mucho tiempo le pregunté directamente si para él es preocupante el hecho de llevar tan pocos goles en su estancia en primera división, su respuesta fue que no le preocupaba, que está trabajando, hasta parecen declaraciones de futbolista, ¿no?
Quiero aplaudir y reconocer lo que ayer desde la Perla tapatía trajeron Las Chivas, se llama ACTITUD, ENTREGA y GANAS. No hay más adjetivos para calificar a los dirigidos por Fernando Quirarte y por el ex técnico de los diablos rojos del Toluca, Sergio Lugo.
Tenía tiempo que no veía a un equipo que visitaba la casa de los del Estado de México proponiendo, atreviéndose; al final, es lo que como aficionados al futbol queremos ver, algo diferente a lo que nos tiene tan acostumbrados nuestro viciado balompié.
Si hay algo que espero del equipo escarlata es que borren las cosas malas de su mente, que su actitud cambie, que pisen el suelo y pongan en alto el nombre de cada uno de sus fieles seguidores, que eleven y hagan pesar el escudo al que representan, no creo que sea mucho pedir, a eso se dedican.
Antes de finalizar la columna quiero tomar prestada una frase de mi buen amigo y maestro Noel Cárdenas “Viene Lo mejor”, y es que cuando el cielo está nublado y ha caído una tormenta, es porque pronto viene la calma.
Espero que Toluca pronto se reencuentre con el gol, con el futbol vistoso, alegre y sin inhibiciones que algún día atestiguamos.
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