Samuel Estrada
Llegó lo que parecía ser un súper domingo para los cientos de aficionados al equipo rojo del Toluca, más allá del resultado que ya conocemos en el que los del Estado de México no metieron ni las manitas ante majestuosa remontada, pienso que es necesario cuestionar a los que se jactan de hacer futbol en el césped del Estadio Nemesio Diez.
Ante mi fiel costumbre de seguir al equipo rojo en el palco de prensa en el inmueble toluqueño, ayer, decidí no asistir al estadio y así poder verlo en televisión para así, preparar lo que más tarde sería la transmisión que no me podía perder del Súper Bowl cuarenta y seis.
Tal fue mi impresión de los primeros minutos de juego en el que Toluca fue superior a Pachuca con lo que se puso tres goles arriba rápidamente, que hice un comentario del cual me arrepiento, “pobre Pachuca se va a llevar al menos cinco a casa”.
No simplemente no.
Recordé lo que en algún momento un buen amigo me dijo y del que me permito citar su frase, “el juego aún no termina”, palabras que se plasmaron en el pasto de la bombonera.
Es inconcebible la displicencia que muestra en acción el equipo escarlata quien se dice grande, no sé cómo se sienta usted si es que es aficionado al Toluca pero pagar un boleto por ver tal espectáculo, ante un clima que a cualquiera asusta y tras majestuosa voltereta.
Creo que es momento de repensar y analizar lo que el Toluca como equipo refiriéndome a la plantilla de jugadores ofrece a sus seguidores:
En primera se hicieron dos cambios y ambos hombre por hombre, abandonaron el campo Néstor Calderón y Manuel de la Torre, entraron Isaac Brizuela y José Manuel Cruzalta, sustituciones que hablan de la poca ambición de buscar la victoria en casa.
Pienso –sin querer molestar a nadie- que lo que los diablos necesitan es una refrescada en su plantilla, jugadores comprometidos que sientan la camiseta y que tengan un compromiso siempre vigente con los verdaderos aficionados, que viven el futbol con toda la pasión y que dejan el corazón en su butaca.
En fin, Toluca regresó a las andadas, su afición extraña las diabluras de antaño en casa.
Así continuó el domingo familiar y llegó el momento de ver el Futbol Americano que como usted ya sabe definió al mejor equipo de la NFL, el súper domingo hipnotizó a los miles y miles de aficionados al llamado tocho no sólo de nuestro país sino del mundo entero.
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